domingo, 2 de abril de 2017

GERALD BRENAN EN YEGEN- LA ALPUJARRA



Gerald Brenan           

Brenan menciona la existencia de ciertas coplas cantadas en el ámbito de su aldea, Yegen. Estas dos baladas referidas son «El romance de Catalina de Granada» y la que comienza «¿Dónde vas buen caballero?». La primera de ellas la recogió el autor de boca de su criada María; el segundo romance lo tomó de Ángela, mujer de la que tuvo una hija.
Coplas de Catalina de Granada

[de María]
En Granada hay una niña,
en Granada hay una niña
que Catalina se llama,
ay sí, que Catalina se llama.

Su padre era un perro moro, (bis)
su madre una renegada,
ay sí...

Todas las horas del día (bis)
su madre la castigaba,
ay sí...

Porque no quería hacer (bis)
lo que el padre le mandaba,
ay sí...

Le mandó a hacer una rueda (bis)
de cuchillo sin navaja,
ay sí...

Ya está la rueda hecha (bis)
y las andas preparadas,
ay sí...

Iba un ángel del cielo (bis)
diciéndole a Catalina,
ay sí...

«Catalina, sube, sube (bis)
que Jesús te está llamando»,
ay sí...

Mientras Catalina sube, (bis)
su padre echa a buscarla,
ay sí...

Catalina no la encuentra. (bis)
Catalina muerta estaba,
ay sí...

La Virgen de los Dolores (bis)
la estaba amortajando,
ay sí...

La campana de la Gloria (bis)
por Catalina tocaba,
ay sí...

Y también la del Infierno (bis)
por todos los de su casa,
ay sí...



 


Balada
[de Ángela]

«¿Dónde vas, buen caballero?
¿Dónde vas tú por ahí?» 


«Voy en busca de mi esposa:
hace tiempo que no la vi.» 


«Tu esposa ya se ha muerto:
muerta está, que yo la vi,
y las señas que llevaba
yo te las puedo decir.» 


«Llevaba un vestido blanco
con estrellas de marfil

y el velo que la cubría
era un rico carmesí.» 


«Los zapatos que llevaba
eran de un rico charro,
regalados por Alfonso
la noche que se casó.» 


«Cuatro duques la llevaban
por las cortes de Madrid.» 


Al pasar por un barranco,
una sombra vi salir.

Contra más me quito de ella,
más se acerca para mí.
«No te asustes, caballero.

No te asustes tú de mí.» 

«Que soy tu querida esposa
que te salgo a recibir.»
«Si eres mi querida esposa,
echa los brazos por mí.»


«Los brazos que te abrazaban
a la tierra se los di.
Cásate, buen caballero,
cásate, no estés así.» 

 
«La primer hija que tengas 
 
ponle Laura como a mí.

Esas dos hijas que tienes 


sácalas a divertir.»