Está situado en lo alto de un monte desde donde se divisa todo
el valle de Tahal y toda la sierra, con unas vistas estupendas.
En la edad media fue poblada por grupos tribales de origen bereber,
eran una especie de clanes, los cuales formaron las diferentes poblaciones, que
defendían mediante fortificaciones con torres.
Con la expulsión de los moriscos toda la zona fue repoblada
por gente de Jaén, Castilla la nueva y un grupo de pastores vasco-franceses.
Antiguamente, la sierra de los Filabres estaba cubierta de
bosques de alcornoques, encinas, pinos, madroños, pero en el siglo XIX fueron
sometidas a una brutal deforestación.
Dentro del pueblo destaca la iglesia de Ntra. Sra. Del Rosario, del siglo XVII, de estilo mudéjar
y dedicado al patrón del pueblo San Roque. Fue reconstruida en el 1950.
La era Grande, la mayor era empedrada de la provincia
A las afueras se encuentra la torre de Alhabia, una
fortificación de las tribus bereberes
Es un pueblo pequeñito, no llega a los 200 habitantes, pero es bonito y tiene buenos paisajes